El desarrollo natural es posible a través de la conciencia

La conciencia natural ha de estar presente en los niños de cada generación para la supervivencia

20 de diciembre de 2010

Acompañados en la salud




La salud moderna parece un concepto muy ambiguo y confuso. Es raro encontrar a una persona que se sienta completamente sana, pero más raro aún es que los médicos sepan cómo conducir al resto a ese estado apetecido. Y es que la completa salud requiere un cuidadoso equilibrio y una delicada armonía entre todos los elementos que componen un organismo complejo como el nuestro, mientras que no estamos acostumbrados a percibir esto en conjunto.

Cuando acudes a un médico normal al sentir un síntoma molesto, si tienes la fortuna de que el diagnóstico se acerque a alguna de las causas probables, apenas será capaz de prescribir un tratamiento adecuado para revertir ese problema parcial. Pero la mente del médico será incapaz de contemplar el estado conjunto del organismo, percibiendo los desajustes fallidos en el equilibrio y la armonía internos.

Hay un problema adicional porque el concepto de salud moderna está basado en las expectativas respecto a un modelo, y los seres vivos en la naturaleza no siguen ningún modelo, son ejemplares sujetos a la influencia del entorno y la evolución. Las personas esperamos contar con unas facultades sanas para seguir un plan preestablecido, y cuando alguna facultad no cumple el nivel exigido, desviándonos de la ruta prevista, consideramos que estamos enfermos.

Cuando no existen conceptos mentales de salud y enfermedad, no existe un modelo sano al que aspirar ni tampoco personas enfermas. No te sientes limitado por incumplimiento de contrato respecto a lo esperado.
En la naturaleza podemos encontrar constantemente, en los seres vivientes y en las partículas inertes, comportamientos armónicos y elementos impulsados desde el equilibrio, incluso dentro de un aparente caos. La vida global es simplemente una sucesión de ráfagas de energía que corrigen desequilibrios parciales respetando una armonía natural en las interacciones. Esto incluye nuestra idea de la enfermedad y la muerte.

Por eso las leyendas tradicionales explican, no solo que la interacción con el entorno natural puede sanar, sino que la contemplación interna de la naturaleza en sí permite abrir los canales que recuperan el equilibrio y la armonía entre el interior y el exterior, o la mente y el cuerpo. Esta sensación consciente no tiene por qué coincidir con la idea de salud moderna. La auténtica alegría y bienestar no dependen de criterios médicos.

Hay multitud de casos en que puedes experimentar la belleza de una remisión espontánea por algún desequilibrio, sin necesidad de buscar el modelo normal de salud. Me conmueven especialmente los niños autistas que evolucionan hacia su plenitud en contacto con animales; no han recuperado la salud, se han desarrollado siguiendo su propio camino natural cuando se les ha permitido. Algo similar ocurre cuando un drogadicto de algún tipo se desengancha espontáneamente sin un tratamiento, pero cambiando sus condiciones de vida.

Pero cualquiera puede experimentarlo por sí mismo, se sienta más o menos sano. No tiene más que abrirse, disolviendo sus conceptos previos, inmerso en la naturaleza para sentirse invadido por la vida que, sin esperar nada, despliega su potencial infinito ante nosotros mismos.



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