El desarrollo natural es posible a través de la conciencia

La conciencia natural ha de estar presente en los niños de cada generación para la supervivencia

19 de octubre de 2010

Arenas y rocas



Muchas arenas a mi alrededor, siento que formo parte de ellas. A partir de las arenas se van formando las piedras y rocas, hasta finalmente erigirse una montaña. La erosión y el sedimento actúan en sentido contrario y desgastan las rocas y montañas hasta descomponerlas en arena. Las fuerzas de la naturaleza van actuando, por el agua, el aire, el calor..., creando así lo que ha existido a nuestro alrededor.


Mucho antes de entender algunas leyes físicas sobre el comportamiento de los elementos y las moléculas, los hombres ya sentían una inteligencia oculta en esos comportamientos misteriosos que simulaban el caos.


Como hombres, formamos parte de la naturaleza, también somos silicio, cristales y tenemos cálculos en el riñón y en la cabeza. Pero nuestras acciones no están en unidad con todo el resto de movimientos, creaciones y destrucciones naturales, no hay una armonía con esas leyes que rigen el universo.


Si observo quieto y profundamente las arenas moverse, ellas son libres, lo van componiendo todo sujetas al devenir que las dirige, lo son todo sin preocuparse.


Siento que mis entrañas pueden confiar, sentarse en las arenas y volar con ellas por el viento, pueden desprenderse de las orillas de un río, pueden apisonarse ante el peso de las rocas y pueden fundirse por los rayos del sol. Mis arenas pueden así ser libres.

Si lo permito, mi propia naturaleza será libre.



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