El desarrollo natural es posible a través de la conciencia

La conciencia natural ha de estar presente en los niños de cada generación para la supervivencia

23 de octubre de 2010

Armonía Divina




La falta de concordancia con la naturaleza va unida a menudo con las críticas sociales: "Las cosas no van bien", "El mundo falla por la corrupción de los poderosos, que se aprovechan, y por la apatía de los menos agraciados, que no se esfuerzan", y cosas por el estilo. Así que hoy casi todo el mundo pretende ser de la clase media, para pertenecer al rebaño de corderos inocentes y libres de pastores. Pero si cada uno se observa a sí mismo con alguna lucidez, descubre un mar de contradicciones y no resulta difícil encontrar los propios errores perversos.


"El que obedece a su vientre obedece al enemigo. Quien obedece a su corazón estará en orden." Algo equivalente (con otros caracteres gráficos) decía hace 4.300 años el Ptahhotep, el libro más antiguo del mundo según los egiptólogos.


La naturaleza nos ofrece un camino que nos ha traido hasta aquí: las raíces de los árboles se han abierto paso mientras sujetan el terreno, los caudales de agua han formado cauces según su propio nivel, el oxígeno se ha infiltrado y mezclado por todos los resquicios posibles, y los seres vivos se han desarrollado con su ámbito para sobrevivir y evolucionar. Formamos parte de un inmenso programa biológico que no respetamos, un programa exquisito que continúa abierto, donde figuran las claves para seguir adelante. Solo podrá ofrecer luz quien encauce esa fuerza íntegra de la vida a través de sí mismo.

Solo puedo ver correctamente a otra persona si tras su apariencia siento la naturaleza de la que ella misma ha brotado. Solo estaré actuando bien si me veo dentro de esta naturaleza intacta.

Ya decían los textos de la sabiduría del antiguo Egipto:

"Seremos un modelo para los otros pueblos y para las generaciones futuras. Si nos conformamos a la Armonía Divina no tendremos nada que temer de los extranjeros ni de los invasores: ellos estarán obligados a adaptarse a nosotros; porque las Leyes Universales son más poderosas que las decisiones arbitrarias de los hombres."


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